domingo, 16 de julio de 2017

Diario biblioviajero #13 - Viaje a Madrid

El diario biblioviajero será una sección que presente crónicas (mías) sobre experiencias que me hayan sucedido y que tengan algo que ver con el mundo de la literatura, el manga o el del cine: crónicas de días especiales, premios, respuestas a preguntas... básicamente todo lo que es "otras cosas".
Todavía tengo pendiente hacer una entrada de mi viaje a Buenos Aires de hace ya dos años, cuando gané el concurso Qué estás leyendo, en 2014. Es lamentable que todavía no la haya escrito, lo sé. Espero hacerla pronto. Va a ser larga...

Mientras tanto os traigo una publicación del viaje que realicé a Madrid hace poco (la semana pasada, de hecho) a propósito del VI Foro Iberoamericano sobre Liceracidad y Aprendizaje. Tuve la suerte de ser invitada junto a las ganadoras del concurso Qué estás leyendo de 2015 y 2016 y de participar en una de las mesas redondas del evento, el día 6 de julio por la mañana. Fue una experiencia maravillosa.

PRIMER DÍA

Cogí un vuelo hacia Madrid desde Barcelona el mediodía del 5 de julio. Fui rápidamente al hotel y antes de la reunión que tenía con Inés Miret, organizadora y moderadora de la mesa redonda, y las otras dos chicas invitadas, Alba del blog Albatecuenta y Lorena de La rosa de papel, aproveché y fui al museo Thyssen. Era la segunda vez que iba a Madrid y todavía no lo había visitado. La visita fue muy interesante, como esperaba. La exposición permanente es muy ecléctica. Vi desde obra renacentista hasta colecciones vanguardistas. Creo que pasé unas dos horas en el museo y vi la exposición permanente y una de las dos temporales. Quería ver la otra, de Sonia Delaunay, pero desgraciadamente no tuve tiempo. 

Prácticamente volé hasta el hotel y empezamos la reunión. En principio solo teníamos que concretar algunos detalles de la mesa de la mañana siguiente, pero terminamos hablando durante unas buenas dos horas y discutiendo temas como las lecturas prescrpitivas y la lectura juvenil. Al final nos despedimos a la hora de cenar, y Alba, Lorena y yo acordamos ir juntas a un restaurante japonés cerca del hotel. Una servidora lo había descubierto buscando el día anterior recomendaciones gastronómicas en el barrio de Moncloa. 

La comida fue estupenda, sobre todo por la compañía. Enseñé a Alba y a Lorena a comer con palillos (bueno, lo intenté, pues parece que no soy muy buena profesora) y hablamos un largo rato sobre libros y películas y sobre nuestras vidas. Descubrí que Lorena es una friki del manga como yo y que sigue la serie Merlí, que yo he visto entera porque aquí en Cataluña está de moda (y ciertos amigos me obligaron a verla). También descubrí que Alba estudiará ciencias, a pesar de tener un blog sobre literatura y ser una amante de la lectura, como yo. Total, que como podéis suponer, nos llevamos muy bien. La cena terminó pronto entre risas y anécdotas y cada una subió a su cuarto a dormir bastante temprano. Cuando me acosté en la cama apenas tuve tiempo de enviar un par de mensajes a mis padres antes de que se me cerraran los ojos.


SEGUNDO DÍA

El jueves 6 de julio me levanté muy descansada y con unas ganas tremendas de empezar la mesa redonda. Por alguna razón cósmica no me sentía para nada nerviosa. El desayuno en el hotel me sorprendió mucho, estaba muy rico. Angélica, de la OEI, la organización que nos había invitado y creadora del concurso Qué estás leyendo, nos llevó a la Universidad Complutense donde se celebraba el Foro. Nos colocaron en una sala muy grande y muy señorial. Era todo bastante intimidante. Yo hubiera preferido que la sala fuera más pequeña e informal, acorde con nuestra mesa redonda, que queríamos proponer como una charla entre nosotras y el público y no como una clase magistral. De todos modos al final todo nos fue bien. Empezamos con una introducción a nosotras y a nuestros blogs, seguido por una breve presentación de cada una sobre la relación entre la lectura y la red y terminamos hablando de distintos temas con el público. Comentamos las lecturas obligatorias, el modo en que se reseñan libros en los blogs, nuestros gustos y nuestra identidad en la red, entre otros. Fue muy bonito porque el público participó muchísimo. La cantidad de preguntas que recibimos y el genuino interés que nos mostraban los profesores, bibliotecarios e investigadores que habían venido a nuestra presentación nos ayudó a perder los pocos nervios que hubiéramos podido tener al principio. Cuando todo terminó nos sentíamos seguras y muy realizadas. Fue una pena que el evento fuera tan corto, porque no pudimos comentar muy a fondo temas que a todos nos interesaban. Nos quedamos con las ganas de charlar un rato más. 

Ya sé que es una foto muy fea, pero qué le vamos a hacer.
Pedí el bocata y una tapa de tortilla con chistorra y me trajeron
este abundante manjar. ¡Están locos, estos madrileños!
Después tuvimos una pequeña reunión con Angélica y Míriam de la OEI sobre el concurso y algunas posibles mejoras, y luego nos dejaron libres por Madrid. El día era gris y triste y parecía que fuera a llover pronto, así que Lorena se marchó a Salamanca, y Alba y yo nos despedimos poco después porque yo quería ir al centro y ella se iba a quedar cerca del hotel. Comí un bocata de calamares en la Plaza Mayor y visité el Prado por segunda vez en mi vida. Fue como desempañar y abrillantar un recuerdo borroso y pobre. Ni siquiera recordaba que Las Meninas fuera un cuadro tan grande. Solo visité Velázquez, Goya, Rubens y algunos cuadros de Caravaggio y Rembrant, entre otros, porque estaba algo cansada y el museo es interminable. Realmente el Prado es espectacular. Si el Thyssen me había gustado el día anterior, el Prado se merecía el doble de mi atención. Y cuando descubrí que para los estudiantes de entre 18 y 25 años la entrada es gratuita (como debe ser), pasó a ser mi museo favorito. La cantidad de obras maestras que tiene el Prado es abrumadora. Creo que este adjetivo se ajusta perfectamente a mi sensación al salir de allí: estaba exultante y completamente abrumada. 

Tuve muy mala suerte y un poco más tarde, cuando ya había salido del museo y me disponía a pasear por el parque de El Retiro, se desencadenó el segundo diluvio universal y tuve que refugiarme en la estación de Atocha. Intenté visitar el museo Reina Sofía pero la lluvia torrencial me obligó a quedarme resguardada. Al final cogí el tren que me llevaba al aeropuerto más pronto de lo que hubiera deseado y llegué a Barcelona a las diez de la noche. Había tenido algunos problemas pero me lo había pasado de miedo.

Antes de terminar me gustaría agradecer a Inés y a la OEI toda la dedicación que han puesto en esta experiencia y en la creación del concurso. Me siento halagada de que pensaran en mí para participar en la mesa redonda. Qué estás leyendo  me ha regalado muchísimos buenos momentos y me ha llevado a conocer a personas geniales. Todavía sigo en contacto con Alba y Lorena, y espero que nuestra amistad dure mucho tiempo y que nos podamos volver a ver pronto.

Solo quiero añadir que si tenéis un blog de literatura debéis echar un vistazo a la web del concurso. No os arrepentiréis.

Os dejo también un enlace a la Crónica de Alba.

¡Hasta otra, biblioviajeros!

3 comentarios:

  1. Me ha encantado leer tu reseña y comparar la experiencia. Que conste que conseguí terminarme el ramen con los palillos y que me habéis arrastrado a hacerme fan de Merlí.
    Espero volver a veros, un beso enorme

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  2. Me ha encantado tu crónica 😚 Tengo que hacer yo la mía pronto. Me encantó conoceros y lo pasé genial. De aquí me llevo a una personita viciada por nuestra emoción y a una personita con quién compartir esposos
    Besines

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